jueves, 23 de diciembre de 2010

Aire y Seda


martes 14 de diciembre de 2010

Afif Jamil Calderón y Eduardo Ramírez (R.I.P.): Feliz viaje al Valhalla.
Mis amados hermanos paracaidistas Afif y Eduardo, se fueron de este mundo tan

extraño. Murieron haciendo lo que más les gustaba: Saltar de un avión. Ambos eran

expertos paracaidistas, entrenados en Estados Unidos y muchísimos años de

experiencia.

Afif estaba casado con Pamela, tienen a su hija Valeria, ambas preciosas. Eduardo

estaba casado con Jackeline, su princesa valiente. Eran parejas muy lindas y se

amaban con todo el corazón. Espirituales, creyentes en lo que viene de lo más alto,

Dios.

Los últimos minutos que compartí con mis amigos:

El domingo 12 de diciembre, tuvimos un salto de presentación para la 1ª Brigada

Aérea, era la celebración de la fiesta para las familias de los militares en el

marco de la época navideña.

Éramos 15 tigres del aire. Eduardo nos repartió en dos “pasadas”. Pasada es el

término que se utiliza en el caló de la Hermandad de la Seda para designar que el

desembarco de paracaidistas será por grupos sobre el punto de aterrizaje. El avión

desembarca la primera pasada y luego se va a dar una vuelta, vuelve a pasar sobre el

mismo punto y lanza la segunda pasada y así hasta desembarcar a todos los

“parachutes”.

Las "pasadas" quedaron de la siguiente manera:

Primera pasada: Nino Castro, Sergio Díaz Monge, Luis Cerritos, Mario Solis, Ingrid

Umaña, Linares, y Herbert (primo de Cerritos).

Segunda Pasada: Eduardo Ramírez, Afif Jamil Calderón, Fidel Rivas, Miguel, Tito

Bustamante, Roberto (el hermano de Eduardo), Latín y Merino.

Llegamos muy temprano a la Federación, Eduardo nos reunió para dar las indicaciones

del salto, ubicación, orden de salida, tipo de trabajo en el aire, etc. firmamos el

manifiesto del avión y nos fuimos caminando a la zona. Después se incorporó Afif

Jamil, llegó un poco tarde.

Los paracas que nos adelantamos estábamos fumando un tabaco cada uno cerca de un

garitón cuando vimos a Eduardo con Afif y los demás paracaidistas que venía

caminando por toda la pista con sus paracaídas y equipo completo, se veían como los

protagonistas de esas películas cuando los héroes regresan de la batalla.

Díaz Monge y yo comenzamos a molestarlos diciéndoles “hey, foto, foto! Se ven de

película!” y Latín bromeando comenzó a decirles apodos de caricaturas. Nos reímos

mucho y Eduardo me dijo “ya estás fumando otra vez”.

Me equipé y le dije a Eduardo que me chequeara el equipo, así como todos los saltos.

Abordamos el avión Arava. Eduardo y Afif junto a Miguel, Latín, Merino, saltaría en

la segunda pasada, su servidora y otros 6 iríamos en la primera. Durante el despegue

y durante el vuelo, Miguel, Tito y yo íbamos bromeando con Afif. Todo era relajado y

muy alegre.

Llegamos a los 10,000 pies y Eduardo dio la voz de mando “Primera pasada”, nos

pusimos de pié y me volteé para ver a Afif porque él iría en la segunda pasada y le

dije “buen salto!” y él chocó sus puños con los míos y me respondió con una sonrisa

“buen salto, Ingrid”. Jamás me imaginé que sería la última vez que nos vieramos de

frente.

No se porqué sentí deseos de clamar al Arcángel Miguel, no sé porqué si yo no soy

muy crédula , sin embargo le pedí por nuestras vidas, por las vidas de todos, los

que íbamos en el avión le pedí que no le pasara nada a nadie y hasta incluí a los

pilotos en esa oración. Pero ni siquiera el Arcángel Miguel, Patrono de los

Paracaidistas, pudo evitar esta tragedia.

Nos enfilamos para la salida del avión y pensé “hey no le alcancé a pedir energía a

Eduardo”, pensé eso porque yo siempre le decía a él : “Eduardo dame energía” y nos

apretábamos las manos en señal de transferencia de buena vibra. Hacíamos eso porque

él era budista y yo siempre he sido afín a esa filosofía, esta vez, no sé porqué no

pude acercarme a él dentro del avión para pedirle ayuda y como él iba de maestro de

salto y yo era la número 5 de la primera pasada, nada más pasé a su lado un segundo

antes de saltar, él dijo "salte" y le grité "Eduardo! Energía!!" Mientras mi cuerpo

salía a 10,000 pies de altura.

Esos fueron los últimos momentos que vi con vida a mis dos hermanos Afif y Eduardo.

Hice mi apertura a 4,000 pies por la distancia que debíamos recorrer. Aún yo iba a

2,000 pies con mi velamen hacia el punto de aterrizaje cuando la segunda pasada

venía en descenso, vi cuando hicieron la apertura y juraría que vi completamente

abierta la cúpula de Eduardo. Pensé en ese momento "Que cerca abrieron!" porque las

cúpulas estaban demasiado juntas. Hice un giro a favor de viento y me dirigí a la

zona, no vi la colisión, pero mi compañero Linares que también venía con su cúpula a

la misma altura que yo, si vio todo lo que les pasó.

Aterricé, aún no se sabía qué había ocurrido, cuando Mario Terezón y otros militares

nos dijeron que agarráramos nuestros paracaídas, que no los guardáramos para no

perder tiempo y que los subiéramos a un camión de rescate que estaba cerca. Nos

subimos y comenzamos muy rápido a avanzar por todo el interior del Aeropuerto de

Ilopango. Sólo Terezón sabía qué tan grave había sido el accidente y yo le decía

“Mario qué pasa, decime por favor, están quebrados?”, Terezón no respondió y el

Carlos Castro me dijo “calmate, calmate” y no me decían nada.

Yo sentía que algo muy grave pasaba, pero tenía la esperanza de que fueran

quebraduras, pero nunca pensé que la muerte estaba allí.

Todo mi panorama cambió cuando yo les dije “¿ya se los llevaron al hospital?” y me

dijo Miguel “no, allí están, no los van a llevar”. Cuando me dijo así una vorágine

de emociones se vino a mi pecho, pensé “¿qué otra razón que no sea la muerte para no

llevarlos al hospital?” insistí en que me dijeran qué pasaba y al fin el Capitán

Rivas dijo en voz alta lo que pasaba “Eduardo y Afif han fallecido”.

Sentí que algo se quebró en mí y rompí en llanto. Inmediatamente nos dijeron que no

fuéramos a la zona del accidente, pero a mí me valió la orden y junto con Linares

nos fuimos corriendo por la pista, pedimos aventón a la familia de Solis y llegamos.

La escena era indescriptible. Nuestros amigos habían sufrido una colisión de cúpula

y por alguna razón, Eduardo y Afif estaban inconscientes antes de llegar al suelo.

Tocaron tierra casi a las once horas de la mañana más cruel de diciembre. La tierra

quería sus cuerpos. El Arcángel Miguel reclamó sus espíritus. Se los llevó entre sus

alas al Valhalla, el lugar de los Guerreros.

Los cuerpos de mis amigos estaban frente al monumento a los Paracaidistas. “Un

Paracaidista Nunca Muere, sólo sube al cielo a reagruparse”.

Me conmovió ver a Jacky con sus ojitos tristes tratando de entender lo que había

pasado. Cómo podía ser posible? Si su esposo Eduardo era un gran tigre del aire.

Luego llegó Pamela, la esposa de Afif, ella estaba destrosada. Venía con el hermano

de Afif. Estuvimos varias horas esperando a que medicina legal hiciera lo suyo,

luego los fiscales, luego la gente de la funeraria.

Se los llevaron para prepararlos en Capillas Memoriales.

Y nos fuimos tristes para la Federación, con la sonrisa quebrada y los ojos cargados

de duelo.

Por la noche, fue su velación. Ambos estaban el uno cerca del otro, se unieron ambas

capillas para estar todos juntos. Los paracaidistas montamos guardia por turnos para

acompañar los féretros de nuestros amigos. Les rendimos honores y fueron ubicados

sus respectivos paracaídas sobre sus féretros. Paracaidistas, en vida y en muerte.

Al siguiente día, es decir ayer, fue el sepelio.

El Coronel Luis Mariano Turcios dio un discurso que me hizo llorar pese a que yo, al

igual que mis compañeros, estaba en postura firme en la escolta de honor que les

hacíamos a nuestros amigos. Mediante un acto emotivo y lleno de solemnidad y

consternación, El Coronel Turcios se dirigió a nuestros camaradas justo de la forma

en que solía hablarles cuando estaban con vida: "Aaaafif", "Eduarrrrrdo", "Aquí

estamos con ustedes!".

Nuestro Pabellón Nacional con su respectivo doblaje militar fue entregado por las

autoridades de la Federación a las familias de nuestros hermanos paracaidistas dando

así el máximo homenaje de agradecimiento por todo lo que Afif y Eduardo representan

para nosotros.

Dentro del cementerio, los paracaidistas cargamos entre todos a los féretros de

nuestros amigos hasta llegar al sitio donde serían enterrados.

Cada uno de los familiares dieron su discurso, todos dijeron palabras muy hermosas

que nos quebraban el alma. Sus esposas y sus mamás estaban destrozadas. Estaban

tristes como los pajaritos cuando ya no tienen nido.

Jacky, la esposa de Eduardo fue tan conmovedora en sus palabras, ella sabe que su

Eduardo no la ha dejado, que está con ella y que en la siguiente vida se volverán a

encontrar, sus espíritus se reconocerán y se volverán a amar.

La hijita de Afif le dijo "Adiós, adiós" a su padre. Él va al cielo y desde allá

estará pendiente de Pamela y de su hija.

Se tenía planificado el salto de honor para nuestros guerreros fallecidos, el salto

sería en el cementerio pero fue clausurado por las ráfagas de viento.

Cuando los íbamos a sepultar, cargamos nuevamente su féretro, a la hora de ponerlo

sobre la banda suspensoria que lo pondría dentro de la cripta hicimos el tradicional

grito “Ready, Set, Go” lanzando una descarga de energía entre cada una de las flores

del cementerio.

Afif y Eduardo, dos grandes hermanos! Grandes Guerreros, hombres que nunca dudaron,

nunca temieron, nunca retrocedieron, nunca!!!!

Se ganaron mil veces nuestros corazones y nuestro respeto,
Hoy se ganaron nuestras lágrimas,
Hasta pronto Hermanos!!!

Algún día volveremos a volar juntos! Y Fernando "Chucky" Calvo también llegará a

nuestra estrella, haremos esa formación en lo más alto de las nubes, allá donde las

valkirias tejen las nubes con sus cabellos!!! Allá donde volvamos a volar entre las

barbas del viento.

Buen viaje al Valhalla, buen viaje a la tierra de los que nunca mueren, buen viaje a

la tierra de los hombres que someten tigres y dragones, buen viaje hacia el cielo de

los guerreros con alas.

Los Arcángeles los reciben felices, descansen en paz hermanos!


CIELOS AZULES CAMARADAS

LOS AMAMOS HERMANOS!!!

(tomado de http://rumanaladytiger.blogspot.com/, escrito por nuestra hermana Paracaidista
Ingrid Umaña.)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Solicitarles una ayuda para tratar de localizar a mi amigo Mario Solis, perdí su numero telefónico al extraviar mi celular. Mi nombre es Daniela y les pido que le hagan saber que estoy tratando de comunicarme con el.